Hablar de Omar Palma, es hablar de gloria en Rosario Central. El ‘Negro’ se consagró como el jugador con más títulos de la historia Canalla y, en todos los casos, tuvo una importante participación.
El ‘Tordo’ fue un diez fantástico, de galera y bastón, pero que nunca le escapó al sacrificio. Un talentoso con un panorama de juego que todavía está grabado en la memoria del pueblo auriazul.
Su primer aporte recordado, fue en la final del Nacional 1980. Central goleaba 5 a 1 a Racing de Córdoba en el partido de ida, disputado en el Gigante, y allí el Negro convertía el segundo tanto (el primero de su carrera con el nuestro) de los dirigidos por Ángel Tulio Zof. Luego, a pesar de perder 2 a 0 en la vuelta, el Canalla se consagró campeón y el chaqueño obtenía su primer título.
Como dice la canción «En las buenas siempre está, en las malas mucho más«. El Negro no sólo tuvo presencia en la gloria, sino que también los momentos difíciles. El 2 de noviembre de 1985, día en el que el nuestro volvía a Primera, Palma anotó en la victoria 2 a 1 ante Villa Dálmine en el Gigante de Arroyito.
El otro de los aportes más recordados del Negro, fue en el Campeonato 1986/1987. El 2 de mayo de 1987, Palma convirtió de penal en el empate con Temperley y así obtuvo su segundo título con el Club junto a Zof.
En el Clásico Rosarino también dejó su huella. El 12 de noviembre de 1995, en el marco de la fecha 14 del Torneo Apertura, convirtió con un exquisito remate de tiro libre su primer y único gol ante Newell’s.
El broche de oro, un mes después del anterior, se dio en la consagración en la Copa CONMEBOL 1995. Tras remontar un 0-4 en contra, el Canalla igualó la serie y se consagró desde el punto penal. El Tordo, que ya se convertía en ídolo, convirtió su ejecución desde los doce pasos.